viernes, 27 de febrero de 2015

Un cuento de hadas

Este blog comienza con una historia de amor, no con un final feliz, simplemente con un final.

Ella conoció a un chico del cual se enamoró rápidamente, pasó un tiempo para que ellos dos volvieran a encontrarse en el mismo camino, así que ella decidió empezar a probar suerte. Al parecer y solo digo al parecer, el sentía lo mismo que ella. Digo al parecer porque nunca sabremos si fue cierto. Durante unos cuantos meses estuvieron jugando, jugando a un juego peligroso, quizás podría haber sido para ambos, pero el peligro solo lo corrió ella. Y este juego se llama amor. Pero he de advertir antes, que ella ya había jugado varias veces a este juego y nunca fue bien parada, no sé si decir que siempre acababa perdiendo o aprendiendo.
Definitivamente se inició una relación, ella estaba loca por él y él… bueno dejémoslo ahí. Durante la relación, como en cualquier otra, había momentos turbios tampoco he de mentir, también hubo muchos momentos felices.
Parece desde aquí una historia de amor como otra cualquiera, el problema es que ella se creyó este cuento de hadas. Pero como no iba a creérselo si él hacía mil cosas por ella, como no iba creérselo si él decía que la amaba y como no iba a creérselo si él decía que la echaba de menos cuando ella no estaba. Quizás el problema estaba que él solo lo decía, habría que saber si también él lo había sentido.
Se dio cuenta y tarde, tarde para ella, porque ella fue la que amaba, amaba desde las entrañas, le amaba desde el alma. Se dio cuenta que en este juego no había sido solo de dos, sino que existía un tercer jugador, no se sabe por cuánto tiempo, pero jugó lo suficiente. Lo suficiente para hacer heridas, nuevas heridas sobre viejas cicatrices.

Y ésta es la historia, tres años viviendo un cuento de hadas, creyendo una ilusión. 

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