Fuente: Lina Vila |
En ocasiones, sin darnos cuenta nos encontramos dentro de la
boca del lobo dónde nos va devorando lentamente. Su aliento dulce y sus palabras tiernas son el cebo perfecto para una caperucita ingenua e idealista. Una vez ya dentro de su cárcel de dientes es difícil salir. Su perfume embriagador de sus ornadas mentiras, te dejará presa durante largo tiempo hasta que la cordura te devuelva la llave de la sensatez y poder salir de sus fauces infames.
P.D: No todas las personas son lo que parecen y no todas sus palabras guardan la verdad.
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